lunes, 8 de abril de 2013

Lecciones de vida




Hace más de dos años, cuando decidí hacer un programa erasmus en Milán, me apunté a clases de literatura comparada. La lección de ese curso estaba relacionada con las novelas de viajes, entendidos éstos como transiciones no solo físicas, sino también existenciales. Gracias a la materia descubrí la verdadera esencia del viaje, que no es más que el cambio interior que provoca en quien lo realiza. El profesor decidió centrarse en obras escandinavas y gracias a ello tuve el honor de conocer introspectivas historias como la explicada en Il porto dei sogni incrociati (1997) de Björn Larsson (de quien se han editado pocas obras en España), El año de la liebre (1975) del finlandés Arto Paasilinna, Doppler. Vida con el alce (2004) del noruego Erlend Loe y la más impactante Safari Ártico (1974-76) del danés Jorn Riel.

Podría relatar las mil sensaciones que experimentaba mientras leía las aventuras de los protagonistas que decidían renunciar a todo y buscar su LIBERTAD en medio de la naturaleza, sin sociedad a la que pertenecer; pero en esta ocasión destacaré un solo caso verídico, tan conmovedor e impactante que convierte cualquier rutina de vida en una irremediable patraña (o por lo menos, es el efecto que consigue).
Desoyendo la importancia de los detalles, pasé por alto la recomendación que el docente nos hizo para ver el film Into the Wild o Hacia rutas salvajes (2007), una verdadera historia que primero se convirtió en artículo periodístico, después en novela (ambos escritos por Jon Krakauer) y, finalmente, en un largometraje escrito y dirigido por Sean Penn, y protagonizado por Emile Hirsch. Una vez visionada, se ha convertido en una de mis películas favoritas y de obligado comentario.


“Camina dos años por la tierra. Sin teléfono, sin piscina, sin mascotas, sin cigarrillos. Libertad absoluta. Un extremista. Un viajero de lo estético cuyo hogar es el camino. Y ahora después de dos años de caminata, llega la aventura final y más importante. La batalla culminante para matar al falso ser interno y concluir victorioso la revolución espiritual. Sin estar ya más envenenado por la civilización él huye, y camina solo por la tierra para perderse en la naturaleza.” Alexander Supertramp, Mayo de 1992.

Into the wild relata la aventura que el joven Christopher McCandless decide emprender con tan sólo 22 años (bajo el seudónimo de Alexander Supertramp), después de graduarse en la Universidad, hacia el oeste americano con el fin de alejarse de una sociedad que lo oprime (y de unos padres que lo atormentan) y vivir con sí mismo en plena Naturaleza. En su travesía con destino a Alaska se cruza con diferentes personajes con los que establece fuertes vínculos, pero siempre rotos para alcanzar su máxima: vivir en libertad. Entre unos y otros, el film nos brinda trascendentales diálogos, acompañados de una vibrante banda sonora a cargo de Eddie Vedder, y de constantes alusiones a fragmentos de obras de Jack London, Henry Thoreau y Leon Tolstoi.



"Leí en alguna parte que en la vida no es tan importante ser fuerte como sentirse fuerte." Alexander Supertramp.

En momentos en los que la sociedad, el materialismo, la corrupción, el sistema...logra deprimirnos, esta historia enaltece el valor de las cosas más primarias y nos hace comprender la libertad que cada persona tiene para DECIDIR CÓMO VIVIR. Como expresa el protagonista, "la esencia del espíritu humano vive de nuevas experiencias". Sin embargo, el desenlace de la aventura también conlleva una reflexión acerca de hasta qué punto el ser humano debe renunciar a la libertad absoluta para poder sobrevivir. "La felicidad sólo es real cuando es compartida", llega a decir el propio McCandless. 





6 comentarios:

  1. Me encanta tu post! Todos deberíamos hacer una reflexión sobre como vivimos actualmente. Atados a demasiadas cosas, personas que no nos importan, al dinero...

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    1. Muchas gracias Cat! Deberíamos seguir el consejo de las nuevas experiencias...jijiji

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  2. Un post denso y lleno de reflexioneS, muy interesante, te hace reflexionar sobre la importancia que le damos a las cosas, un beso!

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    1. Muchas gracias Rebeca! Podría haber incluido muchas más reflexiones del protagonista, es increíble el efecto que producen.

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  3. Me recuerdas a mi hermana Mariví, ella apasionada de la prehistoria, y tú de la literatura y los viajes. Da gusto leerte porque realmente lo vives. Soy Piluca de 40ytantas. Te seguimos también en el blog. Besos http://40ytantas.blogspot.com

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